El resultado no se correspondió al anunciado por la mayoría de las encuestadoras. Ayer domingo 22 de octubre por la noche, de acuerdo a estas, lo que correspondía era que el ultraliberal Javier Milei se dirigiera al país en tanto que ganador de la primera vuelta de la elección presidencial. Con cinco o seis puntos porcentuales de ventaja en relación a lo que en principio debería obtener el oficialista Sergio Massa. Sucedió exactamente lo contrario.
Era pasada las once de la noche cuando Sergio Massa, que había quedado en tercera posición en las primarias llevadas a cabo el pasado mes de agosto, agradeció a los 9.645.983 de argentinos que habían optado por su candidatura y dado así un contundente desmentido a quienes lo veían perdedor en esta primera vuelta electoral con miras a elegir al sucesor del actual inquilino de la Casa Rosada, Alberto Fernández.
«Voy a convocar a un "Gobierno de unidad nacional" este 10 de diciembre (...) un Gobierno de unidad nacional sobre la base de convocar a los mejores», dijo para empezar Sergio Massa al momento de dirigirse a sus seguidores que coreaban, sin cesar, "Presidente". Tendía así la mano a quienes, entre los 35 millones de sus compatriotas habilitados para ejercer el voto, podrían inclinarse el próximo 19 de noviembre por la opción del Frente Renovador que él encarna.
«Quiero convocar a que entendamos a que la Argentina que viene es la Argentina del abrazo, del campo y la industria, del interior y la ciudad, es la Argentina del desarrollo ferroviario, de empresarios y trabajadores sentados en la misma mesa, construyendo en la suma de capital y trabajo más desarrollo argentino», añadió tratando ya de establecer puentes y estrechar distancias con los electores cuyos votos disputará palmo a palmo con Javier Milei.
Milei, la ingrata sorpresa
Por su parte, más allá de las muestras de alegría que se multiplicaron en el estrado desde donde Javier Milei se dirigió al país, el porcentaje que se había anunciado, superado el 98% de los votos escrutados, estaba lejos de lo que él había previsto. De los 35 millones de argentinos habilitados, 7.884.336 de ellos finalmente se habían inclinado por su propuesta; una cifra lejana de los cerca de 10 millones de votos que tan solo unos días antes se anticipaba que el candidato de La Libertad Avanza obtendría.
«Hace dos años si nos hubieran dicho que íbamos a estar disputando una segunda vuelta con el Kirchnerismo por la Presidencia de la Nación no lo hubiéramos creído, estamos verdaderamente ante un hecho histórico», exultante dijo Javier Milei, antes de añadir poco después: «De no tener partido a estar disputando la primera fuerza nacional con el Kirchnerismo en solo dos años es un verdadero logro histórico, estamos frente a un logro histórico». Sonaba más a consuelo que a satisfacción. Javier Milei, quien propone la venta libre no solo de armas sino también de órganos, además de revocar la ley del aborto, dolarizar la economía y disminuir el número de ministerios y, por ende, el de empleados públicos, se lanzó ayer a la búsqueda de los votos que en la jornada electoral de ayer le fueron esquivos. «Hoy vengo dar por terminado ese proceso de agresiones y ataques (...) estoy dispuesto a hacer tabula rasa para trabajar de nuevo con el objetivo de terminar con el kirchnerismo», acotó dirigiéndose a los electores que optaron por la opción de la macrista Patricia Bullrich.
¿Dónde echar mano?
Durante las cuatro semanas que separan la jornada electoral de ayer domingo 22 de octubre de la del tercer domingo de noviembre, tanto Sergio Massa como Javier Milei tratarán de convencer a los 6.267.152 electores que prefirieron la candidatura de Patricia Bullrich, mostrándoles que lo más cercano que hay entre lo eligieron en la primera vuelta y lo que queda por escoger es uno de los dos que queda en lisa. Tan solo en el papel, mucho parece indicar que la mayor parte de ese 23,88% irá a parar a Javier Milei.
Lo sucedido ayer domingo señala a todas luces que el candidato de La Libertad Avanza no puede dar por descontado ese trasvase de votos del macrismo hacia la propuesta que él propone a la Argentina en nombre de la libertad. «Pero sobre todas las cosas, quiero que tomen conciencia que hoy quedamos frente a la elección más importante de los últimos cien años, una elección que nos va a plantear si queremos continuar con este model que el kirchnerismo defiende o si queremos abrazar las ideas de la libertad que son las que hicieron grande a Argentina en el siglo XIX», se apresuró a precisar ayer por la noche. Trataba de sintonizar, sin duda, con lo que sostiene la macrista Patricia Bullrich sobre el kirchnerismo. "Nunca vamos a ser cómplices del populismo en la Argentina, ni de las mafias que destruyeron este país", aseguró en su discurso de ayer por la noche. La noche del domingo 19 de noviembre, veremos si el liderazgo de la exministra de Seguridad de la Nación bajo la presidencia de Mauricio Macri era firme y, por lo tanto, tenía capacidad de endose.
Una incognita constituyen los votos que fueron a parar a la candidatura del 6,78%; un poco más de la distancia en votos que separa lo obtenido por Sergio Massa y Javier Milei. El porcentaje logrado por Myriam Bregman, candidata del Frente de Izquierda y los Trabajadores, 2,7% (709.932) irá, todo indica, hacia la alternativa encarnada por el actual ministro de Economía, cuyo primer puesto a más de uno se asemeja a una rotunda sorpresa.
