Peru
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Y seguirán cayendo como peones

Como en una partida de ajedrez, el rey es el último en caer, y cuando eso ocurre se produce el jaque mate. Los primeros sacrificados son los peones, luego -de acuerdo a la estrategia del jugador- siguen el alfil, torres, etc. En el plano político, situación similar es la que estamos viviendo, toda vez que Betssy Chávez Chino ha dejado de ser ministra de Trabajo, al ser censurada por el Congreso con 71 votos a favor. La causa aparente: la huelga de controladores aéreos durante la semana santa, previamente autorizada por la Dirección General de Trabajo, aunada a las incontables pérdidas millonarias ocasionadas (eso sin tomar en cuenta las venideras demandas judiciales por indemnizaciones). La real, no es difícil intuir que tiene como principal y único protagonista de esta tragicomedia política a Pedro Castillo Terrones

Cierto es que doña que Betssy se ganó a pulso la interpelación. Las acusaciones de plagio, aclaradas pero no convencidas; la pretendida adscripción de SERVIR al sector que dirigía (pertenece -y es lógico que así sigue siéndolo- a la PCM); la imposición del incremento del sueldo mínimo sin mayor sustento técnico, buscando simplemente algo de aplauso para su alicaído gobierno, etc. Sin embargo, desde que llegó al poder hace 10 meses, el Jefe de Estado no solo ha incumplido sus promesas electorales (en algunos casos para satisfacción nuestra como la pretendida desaparición del Tribunal Constitucional y de la Defensoría del Pueblo), sino que además nos miente descaradamente para obtener algún rédito político. Ahí quedó su desechada propuesta de convocar a una Asamblea Constituyente que elabore una nueva Constitución. De inmediato, Aníbal Torres trató de calmar los encendidos ánimos declarando que no insistirían más en tal proposición, hasta que……, sí, el propio Castillo nuevamente puso el tema en debate aunque -como ya está haciéndose costumbre- sin resonancia. 

Le siguieron graves denuncias, como el haber plagiado en su tesis para optar el grado de magister en el año 2012. La respuesta del mandatario no pudo dejarlo más vulnerable ante sus adversarios: el mutismo. Y ahora último, audios que revelarían presuntos hechos de corrupción por parte del sentenciado Zamir Villaverde y Bruno Pacheco, otrora mano derecho de Castillo, al interior del Ministerio de Transportes y Comunicaciones. 

Todo esto suena interesante, como si de alguna película hollywoodense se tratase: el Presidente “pecha” al Parlamento; este acusa recibo y le devuelve con un contundente golpe. Y así sucesivamente discurren los días, semanas, y hasta meses. Pero, en el andar surge un problema, muy grande. De por medio está el PERÚ. Sí, Usted, nosotros, y sobre todo los más necesitados. La permanente crisis institucional afecta, en mayor medida, a los pobres que ven reducidos sus de por sí magros ingresos ante la subida de precios de primera necesidad (INEI reveló que al cierre del 2021 la pobreza monetaria afectó al 25.9% de la población).

 El profesor Castillo creyó (ingenua o equivocadamente, da igual) que cambiando 4 ministros ya todo se solucionaba, que literalmente “calmaba a los leones”. Se equivocó, y como lo acabamos de comprobar, el precio a pagar fue la cabeza de la señora Chávez. 

Queda claro que el problema (de fondo) no es tal o cual ministro (si permanece, o es cesado), sino el propio Presidente de la República. Su popularidad sigue cuesta abajo (ese dizque 20% de aceptación es inflado por donde se le observe), así como el articular ideas, propuestas serias, sea ante la opinión pública o clase política, es simplemente un imposible para este ciudadano chotano. 

Hace tan solo unos meses atrás fue defenestrado Hernán Condori del sector Salud. Hoy le tocó el turno a Betssy. A partir de mañana no sabemos quién correrá la misma suerte. Y será así hasta forzar la renuncia de Castillo, o que el Congreso se anime a utilizar la figura jurídica de la vacancia. Hasta que esto suceda ¿es necesario para el país seguir viviendo en esta permanente zozobra política?. La respuesta, o mejor dicha la primera y última palabra, la tienen la clase política representada en el Parlamento, conjuntamente con los medios de comunicación.