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La bandera que no pasa


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En algunos días más apenas será una anécdota de mal gusto, un disparate de esos que no faltan, una muestra de la degradación en la que ha caído la representación congresal. Así tendrá que ser.

Lo que no resulta fácil de entender es la procedencia de la propuesta. Suena a amarga ironía que la autora de un proyecto de ley que ha pretendido cambiar los colores del emblema nacional provenga, nada menos, de la Tierra Heroica de Tacna, también conocida como la “Ciudad de la Bandera”.

Cómo será de impactante el Paseo de la Bandera de los 28 de agosto que, conmovido por el suceso, el gran Enrique López Albújar –que residía en Tacna- nos entregó en el poema “La bandera pasa…” una bella metáfora para describir la escena: “Ya se acerca la bandera, ya se acorta la distancia, ya sus franjas rojas veo enlazadas a otra franja como labios que exhibieran, reventona, una flor blanca…”

¿Qué impulsó a la congresista? es la pregunta inevitable tratándose de una persona elegida en Tacna para que sea su vocera y defensora. Puede que sea un triste y solitario afán de notoriedad como también un globo de ensayo dentro de una estrategia mayor, en cuyo curso una desconocida parlamentaria fue sacrificada. O por sobre todo la penosa ignorancia de lo más elemental que en materia de valores se enseña y preserva en la tierra de Vigil y de Basadre.

Superado el disgusto, el disparate tendrá que servir de lección, como esperamos haya servido lo ocurrido el año anterior cuando una turba destrozó los protocolos cívicos del Paseo de la Bandera, alentada por la ignorancia del mandatario visitante y la flaqueza del alcalde de la ciudad. Los tacneños estamos muy atentos.