Peru
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A poco menos de 20 años del 5 de abril

Hoy al ver esta foto de Javier Barreda, junto a otros grandes compañeros, vino a mi mente una serie de recuerdos inolvidables, como cuando varios compañeros estábamos reunidos en la casa de Agustín Mantilla, de Pueblo Libre, con el fin de programar y poner en marcha un semanario aprista de oposición.

De repente, entró una llamada de Alan García anunciándonos que varias tanquetas y un conjunto de soldados al mando de un general EP habían rodeado su casa de Surco para arrestarlo y llevarlo a un lugar desconocido.

Y entonces, Agustín gritó, con toda su fuerza, voy a ver a Alan, ustedes salgan y escóndanse en un lugar seguro porque estamos asistiendo al parto de un golpe de estado, golpe dado por Alberto Fujimori junto con los militares, un golpe con detención de apristas y dirigentes de otros partidos políticos, así que ante esta voz de alerta y recomendación de Agustín Mantilla, Javier Barreda, Pocho Tantalean, yo mismo y un amigo periodista, salimos corriendo de la casa de Agustín.

A medida que nos alejábamos, a toda carrera, de la casa de Agustín Mantilla, Pocho nos dijo, en voz baja, tiren sus armas en los jardines, para no darles pretexto a que nos disparen.


Ante esta recomendación de Pocho yo le respondí que no tiren nada, porque todos tenemos licencia para portar nuestras armas, y por último le dije, en un caso extremo, si yo voy a caer, no voy a caer como un manso cordero.

Cuando ya nos habíamos alejado de la casa de Agustín, una media cuadra, una columna de camiones del ejército apareció, fuertemente armada y movilizándose en dirección contraria a la que íbamos nosotros, fue un encuentro frente a frente, yo me dije, llegó la hora de la verdad.

Ante el encuentro, con los camiones militares, nosotros, los que huíamos, dejamos de correr y pusimos cara de vecinos sorprendidos. Nos ayudó el hecho que todos teníamos como pantalón nuestras ropas de baño, pues habíamos pasado el día en playas de mar limeñas. Pocos segundos después, Agustín fue detenido, después de ser llamarlo por medio de parlantes y llevado a un lugar desconocido.

Tiempo después, Agustín nos contó que cuando lo llamaron y salió de su casa, se acercó al general que estaba al mando de la operación y al tiempo que le dijo al general EP buenas noches mi general y le dio la mano, éste le extendió la mano para responder al saludo y le dijo, de inmediato, tengo una orden de arresto para usted y se lo llevó.

Tiempo después, Agustín nos dijo que cuando estrechó la mano del general y se saludaron, el se dijo así mismo, !me salvé!, no me van a matar, fue un augurio propio que felizmente se cumplió. El decía, si te van a matar, no te dan la mano.

Los que huimos, nos escondimos tres días en la azotea de la casa de un amigo, como medida precautoria ante el golpe de Fujimori, hasta que luego de comprobar, por medio de un amigo, que nuestro nombre no estaba en la lista de las personas que no pueden salir del país por el Aeropuerto Jorge Chávez, nos fuimos a nuestras casas con mucho cuidado, pensando, cuanto durará el golpe? Y a dónde nos llevará?

Decidimos averiguar si los que huimos de la casa de Agustín Mantilla, no estábamos en la lista negra del Aeropuerto Jorge Chávez, porque la noche del golpe, un amigo nuestro, Remigio Morales Bermúdez, decidió viajar al exterior por vía aérea y la policía lo detuvo en el Aeropuerto Jorge Chávez y se lo llevó, porque estaba en la maldita lista.